Gracias a la facilidad que tenemos para viajar, los satélites, Internet y los medios de comunicación, el mundo es mucho menos desconocido que hace unas décadas. Y aunque pensemos que nuestro planeta está totalmente explorado, todavía quedan rincones que la mayoría de personas desconocen su existencia. En esta entrada, os presentamos nuestro cinco lugares favoritos que, aunque habitados, son tan remotos que resulta casi imposible viajar a ellos.

TRISTÁN DE ACUÑA:

Situada a casi 3.000 kilómetros de tierra firme, su asentamiento consta de unos 300 habitantes. Tan sólo dos de ellos no nacieron en Tristán de Acuña, sino que se casaron con isleños y fueron a vivir allí.

Para llegar hasta esta remota isla, tardaríamos desde Ciudad del Cabo unos 7 días, ya que no tiene aeropuerto y tan sólo cuenta con un pequeño puerto marítimo. Desde la vecina Santa Elena, tardaríamos algo menos, 4 días. Pero aquí no acaban las dificultades. Necesitarás para ingresar en este paraíso una autorización del alcalde, un certificado de la policía británica y un billete de vuelta pagado a Ciudad del Cabo. También tener la suerte de encontrar un velero que te lleve. Toda una odisea.

ISLA DE NIIHAU:

Situada en el archipiélago probablemente más famoso del mundo, Hawaii, Niihau se diferencia del resto de las islas vecinas por su difícil, por no decir, imposible acceso. Esta isla fue comprada en el siglo XIX por Elizabeth Sinclair, que prometió proteger la vida de los lugareños, sus costumbres y su cultura.  A día de hoy, Niihau sigue perteneciendo a los descendientes de Sinclair que, además, han respetado la promesa de su antepasado.

Niihau cuenta con unos 130 residentes y sólo se permite la entrada en la isla de sus familiares. El resto de los mortales nos podemos conformar con ver de lejos la costa, ya que está prohibido interferir en la vida de los habitantes.

ISLA DE SENTINEL:

Situada en las islas de Andamán y perteneciente de la India, Sentinel es una increíble isla paradisíaca bañada por las aguas del océano Índico que, de forma exclusiva, disfrutan sus entorno a 400 habitantes, que no van a dudar en proteger su isla de forma hostil, como han demostrado en diferentes oportunidades.

Aislados de la civilización por elección propia, los sentinelenses viven de sus propios recursos en esta pequeña isla desde hace miles de años, tienen sus propias leyes y la India no interfiere en ello, cumpliendo el deseo de los habitantes, que ni saben que su tierra pertenece a algún país.

ILHA QUEIMADA GRANDE:

Esta isla está localizada en la provincia de Sao Paulo, Brasil, podría considerarse una bella zona tropical para disfrutar todo el año del mar y la naturaleza, pero la realidad es que es uno de los lugares más letales del planeta. Aquí, vive una especie de víbora muy venenosa y, según cuenta la leyenda, hay cinco de estas víboras por metro cuadrado

El último habitante de esta inaccesible isla fue un farero que falleció en los primeros años del siglo XX. Tras su muerte, se reemplazó el faro por uno automático y ya se prohibió la entrada a la isla, exceptuando los permisos que el país concede a los científicos expertos. Por su importancia como hábitat de las serpientes, en 1985 se declaró Área Relevante de Interés Ecológico por el gobierno brasileño.

ITTOQQORTOORMIIT:

Esta pequeña población, situada en Groenlandia, está habitada por unas 500 personas, compartiendo hogar con osos polares, morsas, ballenas, bueyes almizcleros y zorros polares. Tan sólo es accesible por helicóptero o por barco durante unos pocos meses al año, con la llegada de la primavera.

Los habitantes de Ittoqqortoormiit viven, principalmente, de la caza, su principal fuente económica durante generaciones. En los últimos años, están dando protagonismo al poco turismo que llega al lugar a través de cruceros cuando el clima lo permite.

De lo que pueden presumir es que disfrutan de dos de los más bonitos espectáculos naturales que existen: el sol de medianoche y las auroras boreales.